Quien te cuida?

 Hoy me hicieron esa pregunta y fue muy fuerte el espiral de emociones que descendieron sobre mí en ese momento.

Desde mi lado más víctima hasta mi lado más feminista salieron a dar su opinión al respecto. 

Estoy con una gripe de esas que te tumban a la cama, con malestar, fiebre y dolor corporal y mientras me retuerzo como cucaracha, me preguntó quien me cuida?. 

Entonces me llegan dos discursos totalmente opuestos a la mente:

El primero me dice que ya soy una adulta, que no necesito que nadie me cuide, me siento orgullosa por poder comprar mis propios medicamentos y poder darme permiso para descansar en un día tan horrible como este. Parte de crecer es tomar responsabilidad de tu vida y eso incluye tomar una paracetamol cada 8 horas para no volver a caer en el dolor de cabeza. Yo puedo sola, yo siempre he podido...

Pero por ahí mismo llega esta parte que piensa quien me cuida?, aparte de la niñera de mi hijo que muy amablemente me trae el termo que dejo olvidado en la sala para que no me deshidrate, pues nadie más cerca mío ni siquiera sabe que estoy enferma.  Y si hay una niña que quiere que la mimen, que la consientan, que no tenga que manejar a ver a sus hijos con un calor de 40grados y creo que no prestarle atención a esta parte de mí es lo que ha causado muchos estragos. 

Cuando reto a esa parte como si fuera una niña malcriada que está pidiendo de más, escucho la voz de todas las veces que me dijeron que era una exagerada, dramática y se convierte en alimento al monstruo, a la narrativa autodestructiva. Ver esas partes como lo único que piden es que le den un poco de amor, y entender que así como estoy aprendiendo a dejarme amar, también debo aprender a dejarme cuidar. Aprender que ahora es mi responsabilidad maternarme y hablarme con la misma voz que le hablo a mis hijos cuando están enfermos. Aceptarla, abrazarla y decir que todo está bien, que todo va a estar bien.

Pretender ser la mujer más fuerte del mundo es una carga muy pesada. Lamentablemente en mi historia de vida esa es mi programación de raíz, la cual lógicamente me ha dado tantos triunfos pero a la vez es un camino solitario y hasta un poco triste. 

No sé si es fantasía o es una necesidad humana querer tener a alguien que te cuide y que se preocupe por tí. Muchas veces me gana la narrativa de que no necesito a nadie más, pero en estos momentos de fragilidad sueño con tener a alguien que me quiera cuidar. 

En que momento nos hicieron creer que eso era demasiado, que el amor no puede ser así de bonito. Quizás el reto esta en desaprender los modelos de amor con lo que creciste, quizás si hay una forma bonita de amar , quizás no es un sueño, ni un cuento de Disney.

Ultimamente me gusta pensar en la reciprocidad como un espejo, que lo que doy regresa. 

Cuestionar el modelo de amor donde gana el que menos demuestra, de luchar por el control, por el poder ya que hasta ahora no puedo observar que ha traído resultados satisfactorio. Al menos no los que yo quiero ver reflejados en mi vida. 

Y en vez de sentir pena y quedarme en el estado de víctima, en esta ocasión me gusta verlo como una oportunidad, que hay mucho en el mundo y en las relaciones que no conozco, y que  emocionante es poder ir descubriéndolo con alguien. 

Quiero creer que pueden coexistir las dos, quiero creer que puedo ser, aceptar y amar a las dos partes de mí, que en la dualidad esta el balance, que una necesita la fortaleza y  la otra necesita la suavidad e inocencia. Que si presto atención las puedo escuchar dentro de mí conversando, sonriendo y aprendiendo de ellas.

Ninguna parte de tí esta dañada o rota, ya no creo ni siquiera que necesitas sanar, simplemente es volver a tí, aceptar cada fragmento de ti y entender que la respuesta siempre pero siempre va a ser amor





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