Ellos han estado siempre

 Ayer en la noche en ese momento caótico cuando los niños aún no duermen y mi batería corporal esta al borde del colapso, cuando solo quiero encerrarme en mi cuarto y sentarme unos minutitos en paz, sin tener que seguir vigilando mis pensamientos, ni mis acciones, ni mis reacciones pueden seguir ocurriendo momentos mágicos.

Ahí acostada en mi cama, primero llego uno de mis hijos y después llego el otro con su saxofón a mostrarme lo que había aprendido en su clase de YouTube,  los veía acostados en mi cama hablando de sus proyectos, de sus planes, pude salirme un ratito de la escena y OBSERVAR...  lo que estaba ocurriendo, ver lo que éramos.

Mi hermosa familia de 3, verlos junto a mí, aún buscándome por apoyo, por compañía. Entender que nunca en ningún instante ni en el peor momento me he quedado sola. Poder sentirlos como mis acompañantes de viaje en este pequeño tramo que a veces pasa a una velocidad de 2x.

Como quisiera estar en más presencia por más tiempo, como este pequeño fragmento que pude ver y sentir. 

Tal vez y solo tal vez no hice las cosas tan mal como suele contarme la cabeza, como me hicieron creer, como me dijeron que iba a ser cuando dije que me iba a separar. Solo quizás, si estoy dando lo mejor de mí aunque lógicamente nunca se sienta que es así, que podría hacer miles de cosas más.

Muchas veces siento esta incapacidad física, energética de poder ser mejor con ellos, esta ignorancia que me habita de que muchos de estos momentos no se van a repetir, de priorizar cosas que en el momento quizás parezcan importantes pero en el largo plazo son insignificantes.

Ellos están aquí conmigo ahorita, ellos han estado siempre. Quizás el miedo que vive en mí de ser mala mamá es lo que impide que yo pueda disfrutar más de su compañía, con la irracionalidad de que sin mí estarían mejor. 

Quizás esta creencia de que no estoy lista, de que estoy rota, dañada, difícil, complicada es solo un muro que me pongo. Quizás lo que soy es suficiente , quizas no existe ningún muro y soy yo la que le cuesta reconocer lo que es el amor incondicional.

Ser madre es una decisión que la tomamos sin conocer todo lo que viene con ella, al menos para mí fue así. Ellos me han hecho indagar lo más profundo de mí, y me empujan constante y despiadadamente a ser mi mejor versión en todo momento.

Nunca había revisado tanto mis dinámicas en la vida, ni cuestionado tanto mi conducta, como lo hago ahora, porque reconozco que como yo mis padres tampoco tuvieron un manual de formación y simplemente hicieron lo mejor que pudieron. Cada vez que siento su incapacidad de mostrarme afecto, indago a ver mis incapacidades también.

Alguna vez leí que uno es el padre que ellos necesitan para generar la herida que vinieron como almas a trabajar en esta vida, ninguno, ni la mamá esa que parece perfecta en instagram, no le va a causar una herida a sus hijos. Pero que duro que es cuando ves tu herida, con la que batallas, la que supura, en ellos también. Siento que les falle porque no pude protegerlos de este modo de crianza con el que ya no concuerdo. Este modelo que esta tan arraigado en mí que si dejo que las cosas fluyan se vuelve a instalar automáticamente.

Si es duro ser mamá, si te va a tocar enfrentarte a ti misma en todos los aspectos posibles, si constantemente vas a estar pensando que les estas cagando la vida . Si es más fácil huir y meterte en cualquier distracción porque a veces el dolor de no poder ser mejor bajo la comparación estúpida que hace nuestra mente, nos aleja.

Si porque mientras eres mamá la vida continua ... y afuera siguen pasando miles de eventos que te inhabilitan, te golpean, sigue pasando la vida y tu tienes que navegarla con una sonrisa... 

Hay algo lindo de este momento , lo que más rescato, lo que más me costó entender en estos 13 años de maternidad.  Puedo decir y con mucho cargo de conciencia, que antes mi mente fantaseaba constantemente como hubiera sido mi vida sin ellos, los lugares que hubiera conocido, los amores que hubiera tenido, lo que hubiera conquistado profesionalmente.

Ahora con 37 años, no me imagino lo que sería mi vida sin ellos. Son todo lo que tiene sentido, son todo lo que está bien en el mundo, son los que están, ellos son mi sol, mi cable a tierra. Sin ellos yo no soy lo que soy y entender que sin mi ellos tampoco lo serían.

Aprender a contenerlos, cuando yo no sabia ni contenerme a mi misma. 

Amarlos cuando yo no me amaba a mi misma.

Aceptarlos cuando yo no me aceptaba a mi misma.

Ellos me empujaron a crecer, lo único que espero que no haya sido demasiado tarde....

Y entonces me viene esa imagen de los 3 en la cama riéndonos y siento este alivio de que quizás solo quizás hacer lo mejor que podía con lo que tenía y sabía, fue suficiente !





Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi antes y después

Family matters

la reina eres tú