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Mostrando entradas de junio, 2023

Realidades

 Hace tiempo había este tema de realidades distintas que daba vuelta en mi cabeza. Me cuesta creer que eso sea un limitante o una razón más grande que el amor. Creía que era algo que tenía que trabajar y luchar de forma despiadada y constante. Quizás aquí es donde esta mentalidad Ironman y positiva me juega en contra. Quizás aquí es donde hay que decirle a los unicornios que esto no está en sus manos, que hay cosas que hay que esperar que sigan su curso, que su magia no es necesaria...  Como todo en la vida hay que saber elegir las batallas para no gastar las energías antes de tiempo, antes de que llegue el verdadero reto. Así que hoy bajo mis armas y me rindo a lo que tenga que ser, dejar de intentar controlar lo incontrolable o dejar de intentar controlar el fluir, pues es muy cansado , es muy pesado! Hoy decido confiar, confiar en que hay una fuerza superior a mi, un ser que conoce mi camino mejor que yo, algo que constantemente está cuidándome y guiándome, pero sobretodo diciéndome

Solsticio

 Hoy en el día del solsticio tuve uno de esos momentos iluminados que quiero compartir. Me fui a una ceremonia de cuencos y cacao hermosa, parte de la ceremonia era escribir en un papel todo lo negativo para quemarlas en casa con el afán de dar espacio para que entren todas las bendiciones que están esperando. Más de que si creo o no creo, estos rituales son momentos hermosos de introspección donde pausas a ver que es lo que quieres transformar y en cuestión de calendario tienes 6 meses para ver todo lo que siembras desde hoy hasta navidad. Así que los regalos de navidad son nada más que la cosecha de lo que estas sembrando ahorita. Pero no fue la parte de escribir la que me dio ese momento glorioso, fue el momento que me tocó prenderle fuego. Mientras buscaba algún recipiente encontré el mismo bowl en el que hace casi un año hice un ritual parecido, quien sabe tal vez hasta fue en el mismísimo solsticio. Y mientras en este solsticio le hacía espacio al amor incondicional para que entr

Que hacemos con los días grises?

 Qué hacemos con los días grises? Los días donde la mente este hipervigilante, juzgándose hasta en el mínimo detalle, donde los mantras y la meditación no llega a calmar al sistema nervioso, donde cuesta contenernos y sostenernos. Esos días donde las lágrimas se escapan y los viejos fantasmas se aparecen a contarnos historias antiguas, a tocarnos las llagas, a escarbar las cicatrices. Esos días mi cabeza suele repetirme que soy muy difícil, que hay algo roto en mi, que solo sé hacer daño, que soy una impostora en todo lo que hago, que no soy suficiente. Y duele, duele mucho porque son voces que no suelen callarse tan fácil, duele porque tal vez las había tenido calladas ya por mucho tiempo, y tiemblo de miedo porque tengo miedo de que nunca se vayan o peor que alguien más se de cuenta de que existe esta parte de mí. He leído muchas veces que son solo emociones, que no hay que identificarse, que hay que dejar que sigan su camino... He leído que no hay que creer en lo que te dice la ment

Quien te cuida?

 Hoy me hicieron esa pregunta y fue muy fuerte el espiral de emociones que descendieron sobre mí en ese momento. Desde mi lado más víctima hasta mi lado más feminista salieron a dar su opinión al respecto.  Estoy con una gripe de esas que te tumban a la cama, con malestar, fiebre y dolor corporal y mientras me retuerzo como cucaracha, me preguntó quien me cuida?.  Entonces me llegan dos discursos totalmente opuestos a la mente: El primero me dice que ya soy una adulta, que no necesito que nadie me cuide, me siento orgullosa por poder comprar mis propios medicamentos y poder darme permiso para descansar en un día tan horrible como este. Parte de crecer es tomar responsabilidad de tu vida y eso incluye tomar una paracetamol cada 8 horas para no volver a caer en el dolor de cabeza. Yo puedo sola, yo siempre he podido... Pero por ahí mismo llega esta parte que piensa quien me cuida?, aparte de la niñera de mi hijo que muy amablemente me trae el termo que dejo olvidado en la sala para que n

Ellos han estado siempre

 Ayer en la noche en ese momento caótico cuando los niños aún no duermen y mi batería corporal esta al borde del colapso, cuando solo quiero encerrarme en mi cuarto y sentarme unos minutitos en paz, sin tener que seguir vigilando mis pensamientos, ni mis acciones, ni mis reacciones pueden seguir ocurriendo momentos mágicos. Ahí acostada en mi cama, primero llego uno de mis hijos y después llego el otro con su saxofón a mostrarme lo que había aprendido en su clase de YouTube,  los veía acostados en mi cama hablando de sus proyectos, de sus planes, pude salirme un ratito de la escena y OBSERVAR...  lo que estaba ocurriendo, ver lo que éramos. Mi hermosa familia de 3, verlos junto a mí, aún buscándome por apoyo, por compañía. Entender que nunca en ningún instante ni en el peor momento me he quedado sola. Poder sentirlos como mis acompañantes de viaje en este pequeño tramo que a veces pasa a una velocidad de 2x. Como quisiera estar en más presencia por más tiempo, como este pequeño fragmen