La dulce espera

 Esperar…

que verbo más complicado!

Es un arte que uno debe saber dominar y cultivar para poder vivir en este estado de paz que tanto añoro.

Esperar, que difícil es ! Quedarse quieto y confiar.

Me siento como que estuviera parada desnuda en un lugar desconocido, con el corazón en la mano latiendo a toda velocidad y debo quedarme quieta y confiar que estoy en el lugar indicado para mi siguiente lección.

Mi mente no entiende el concepto, quiere encontrar la forma de protegerme, midiendo el peligro, recordando situaciones parecidas, con las luces prendidas sin poder delegar el puesto de vigilante al que en verdad debería tenerlo que es el corazón. Y se siente como una fuga energética, es cansado vigilar tus pensamientos y tus irracionalidades.

Esperar… 

En libertad y dando libertad, dejando entre lo que más puedo que la vida fluya de manera natural, y no es que no he intentado controlar la balanza, porque sé que lo he intentado hacer. Pero todo intento ha sido negado con amor, así que solamente toca respirar, pausar y esperar.

Confiar de que si es este el camino, pues sucederá.. tal vez no como yo quisiera exactamente pero se dará y quizás la sorpresa sea más bonita aun.

En ninguno de los posibles escenarios, estoy sola como mi mente catastróficamente quiere asustarme y reaccionar para llevarme por los mismos caminos de siempre. 

Este camino no lo conocemos y lo novedoso es emocionante y a la vez esa incertidumbre es incómoda.

Esperar, definitivamente es el aprendizaje de esta temporada.

Y si es uno de los semestres más fuertes y conscientes que puedo atravesar, que semilla mas cabrona de sembrar, no me quiero imaginar lo interesante que va a ser la cosecha.

Definitivamente mientras más suelto la resistencia y el control, mas se me revela el camino. Mientras mas fluyo, mas disfruto del proceso. 

Y que mas se puede hacer si al final del día será exactamente como tiene que ser. 

Seguimos aprendiendo💖

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