Apagando piloto automático en 3,2,1....

Alguna vez han sentido como que se acaban de levantar? 

Como si hubieran estado durmiendo durante semanas en la vida?

Ese siento que es mi estado mental actual. Pasaron varios meses en los cuales no tenía muchas ganas de enfrentar el mundo, me sentía muy frágil como si cualquier mirada o cualquier comentario podía romperme en mil pedazos. 

Había perdido la confianza de ser lo que era, y eso se traducía en todos los aspectos de mi vida, hasta en el mismo deporte que tanto amo. Los días eran borrosos y grises, cumplía la tabla utilizando el doble de fuerza de voluntad que normalmente uso y cada día me costaba más en vez de costarme menos.

Sabía que eventualmente la rueda iba a volver a girar, pero cuando? Cuanto más tenía que aguantar para que la energía vuelva a fluir en mí como siempre lo había hecho. Ya no sentía esa satisfacción al terminar los entrenamientos , era como que mi cuerpo se había quedado sin stock de endorfinas. No era yo, era solamente mi disciplina cumpliendo los deberes.

Pero me había comprometido en esta frase : "Fake it, until you make it", así que todos los días me levantaba casi sin descansar con el corazón muy pesado y la cabeza hundida en una laguna mental, me vestía y daba el primer paso a salir a la calle. 

Y fue así como comenzaron los selfies del ascensor a horarios tan inusuales como 4am, era una forma de motivarme todos los días ha despegarme del colchón, a intentar reencontrarme esa Paola ironman, fuerte, sin miedo a nada.

Habían días que la entreveía entre las falsas sonrisas para la cámara o en alguna de las aceleraciones de un trabajo específico, sin embargo al final se desvanecía como un recuerdo de algo que no iba a volver a ser.

Y así los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, la capacidad aeróbica volvió a aumentar y cada vez sufría menos fisicamente en los entrenamientos pero aún estaba consciente de que mi corazón no estaba ahí.  Me parecía injusto que después de 10 años de una larga batalla para llegar a kona, cuando finalmente era el momento de recibir el premio a tal sacrificio, yo ya no lo quería, quería que desapareciera, era como un espina que no me dejaba renunciar en paz a todo.

Ahora que lo pienso en retrospectiva era una MEGA boya salvavidas que tenía, que me emergía todos los días a la vida.

Aún no creo que haya regresado del todo, hay una parte de mí que murió en el proceso y soy feliz por ello, creo que era una parte de mí que le costaba evolucionar. La vida sabe como poner todo en la perspectiva correcta. Ahora ya no quiero ser como era antes, siento que habían muchas actitudes que venían del ego y no del amor. 

Fueron 11 años de triatlón y los últimos 5 fueron de completa entrega, no me arrepiento de nada, fue un proceso totalmente enriquecedor en algunos aspectos, pero no logré alcanzar el balance que tanto profesaba a veces en redes. Descuide muchas cosas y me perdí de muchos momentos de la vida de las personas que amo con la excusa de Kona. Es más aun siento que tengo la vida en stand by por ese evento. No puedo planificar más allá de la fecha de carrera.

Pero viéndolo de otra perspectiva, no hay apuro alguno, todo llega en el momento que debe de llegar. Estamos exactamente donde debemos estar en este momento en la vida. Confío completamente en el Universo, Dios, Ala, Espíritu o como quieras llamarlo. No estoy cerrada a la idea de seguir compitiendo y entrenando después de Kona porque creo que ya esto es parte de mi, solo que ahora lo quiero hacer de un lugar más equilibrado y comprensivo que antes. Cortar la obsesión de intentar ser la mejor por intentar simplemente mantenerme activa. 

Tal vez el mensaje principal de todo esto que está sucediendo, es que definitivamente que debo de dejar de enfocarme en el resultado y ponerle más atención a todo el proceso. Apagar ese piloto automático que le gusta manejar mi vida y agregarle más detalles y vivencias a cada día. 

La decisión al final y al cabo es mental, ahora cada día que me levanto , me levanto con hambre pero no de ser la mejor en todo, simplemente con muchas ganas de vivir la vida a mi manera, con mis reglas, a mi ritmo. Ser lo que soy en cada momento, tal vez traduciendo eso a mis entrenamientos, la travesía sea totalmente diferente pero el resultado sea igual. Tal vez en esta ocasión simplemente me detenga de vez en cuando a observar el camino y no el reloj y eso marque una diferencia abismal.

"La vida es un baile y tenemos miedo de que nos saquen a bailar"






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